Sense Shifting es un proyecto de arte interactivo interdisciplinario, entre arte participativo, diseño de interfaces y percepción. El objetivo ha sido investigar canales no convencionales para la comunicación no verbal. La interacción entre dos personas es mediada por una máquina interactiva, un Emotiorama, cuyo aspecto físico es un pequeño jardín zen. La superficie de arena captura el movimiento de las manos generando una síntesis sonora en tiempo real de un viento cálido de verano. Mientras que las piedras negras funcionan como terminales de biosensores que conducen y registran variaciones en la conductancia de la piel en ambas personas participantes y se relaciona directamente con su estado de atención. Luego, la máquina transforma estos datos biológicos en feedback sonoros y luminicos.